Los delegados de los Grupos Misioneros de diferentes diócesis del país recibieron la Cruz de Matará, un símbolo que testimonia la evangelización del continente y la creatividad y el esfuerzo de los primeros misioneros para transmitir el Evangelio en la cultura nativa de los matarás, una tribu que habitaba el sudeste de Santiago del Estero, por entonces capital del Tucumán.

La cruz peregrinará por ocho regiones pastorales de la Argentina, propiciando la reflexión y la oración comunitaria en torno a la pregunta “¿A qué lugares iría Jesús hoy?”.

“Que esta peregrinación como grupos misioneros de la Argentina, nos ponga en camino para que, a partir de lo que somos, pidamos ser siempre como Jesús, que ama, perdona y nos llama al compromiso desde la escucha, la austeridad, fraternidad, solidaridad, inclusión”, exhortaron desde el equipo nacional de animación de grupos misioneros y jóvenes .

La Cruz de Matará

Debe su nombre a los matarás, una tribu de naturales que habitaba una zona ubicada al sudeste de Santiago del Estero, por entonces capital del Tucumán. Se estima que la cruz fue tallada alrededor del año 1594 (año que parece deducirse de los símbolos grabados en la cruz) por los jesuitas que evangelizaron a los matarás, para transmitirles la Buena Noticia de manera gráfica, dado que ellos eran analfabetos.

Finalizados los tiempos de la evangelización, la cruz pasó de mano en mano durante varias generaciones hasta dar por fin con la familia de Amelio Sosa Ruiz, que la recibió en herencia y la mantuvo en custodia por años.

En 1961 se creó la diócesis de Añatuya, a la que pertenece hoy el territorio que habitaron los matarás. Ahí fue cuando el primer obispo, monseñor Jorge Gottau, entró en conversaciones con la mencionada familia para volver al culto de la añeja reliquia.

La cruz estuvo entronizada en la catedral de Añatuya, en espera de que se construyese un templo en Matará para albergar la cruz, y hubiese allí sacerdotes permanentes para reintegrarla a su lugar de origen. Finalmente, la iniciativa se cumplió y el mismo prelado fue el encargado de trasladar el tesoro a su territorio original.

Una réplica de la cruz se encuentra en la catedral de Santiago del Estero. Es de mistol, una especie arbórea propia de la región santiagueña y que sobreabunda en la región chaqueña y el noroeste argentino.

Su superficie está cubierta por variados motivos tallados salvo en tres sectores y su estado es relativamente bueno pese a sus más de cuatro siglos de antigüedad. Es una talla considerada testimonio de la evangelización de la tierra americana.

Desde 1982 figura en la portada del Misal Romano por disposición del episcopado argentino.

Cronograma

La cruz se encuentra visitando la región del Noroeste Argentino (NOA) desde el 1º de mayo hasta el 9 de julio. Luego, peregrinará por el Nordeste Argentino (NEA), desde el 10 de julio hasta el 17 de septiembre.

A la región Centro llegará el 18 de septiembre y permanecerá allí hasta el 29 de octubre, día en que será trasladada hasta el Litoral. Estará ahí hasta el 30 de diciembre, antes del tiempo de misión que abarca enero.

Durante febrero, peregrinará en la región Cuyo, y después, del 2 de abril al 1º de julio, en la región Platense. Del 2 de julio al 15 de septiembre recorrerá distintas diócesis de la provincia de Buenos Aires antes de partir el 16 de septiembre para la Patagonia, hasta el próximo Congreso Misionero Nacional (Comina).

La Cruz de Matará es un fiel testimonio de la evangelización de nuestra tierra americana, y una clara muestra de la creatividad y el esfuerzo de aquellos heroicos misioneros, por inculturar el Evangelio en las culturas nativas de este continente.

Fuente: AICA